martes, 12 de febrero de 2013

La Energía y el Desarrollo Sostenible


La idea de “desarrollo sostenible” fue formulada en el informe presentado por la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas en 1987, -conocido como el Informe Brundtland-, como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. Hasta entonces se consideraba que en el desarrollo intervenían solo variables de tipo económico y social, a partir de ese momento entraron en juego otro tipo de consideraciones relativas al medio ambiente. En consecuencia se vio la necesidad de alcanzar un equilibrio entre el crecimiento socioeconómico de las generaciones actuales y la necesidad  de preservar los recursos medioambientales para las generaciones futuras.
La energía tiene relación con el desarrollo sostenible. Los servicios que la energía proporciona contribuyen a satisfacer múltiples necesidades básicas como el suministro de agua potable, la iluminación, la salud, la capacidad de producir, transportar y procesar alimentos, la movilidad o el acceso a la información, etc.
Globalmente, la distribución del consumo de energía es  profundamente desigual. Si observáramos  nuestro planeta por la noche desde el espacio, podríamos ver las diferencias de desarrollo entre los diversos países, con sólo mirar su grado de iluminación. Entonces encontraríamos las diferencias  entre los países desarrollados y ricos (Europa Occidental, Norteamérica, Japón, áreas de Extremo Oriente y Sudamérica y Australia) con el inmenso vacío del continente africano, donde apenas destacan las luces del Magreb y de Sudáfrica. Igualmente podríamos distinguir los grandes espacios vacíos, apenas habitados, en Asia Central, el Sahara, la Amazonía, las Montañas Rocosas, el gran norte Canadiense, el despoblado australiano o el interior de Siberia.


Existe una fuerte relación entre el grado de desarrollo y consumo de energía por habitante,  lo cual es lógico si tenemos en cuenta que el desarrollo económico de un país se relaciona con sus capacidades productivas, en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca y minería), secundario (industrias) y terciario (servicios). Dentro de estos últimos juega un papel importante el transporte que permite el comercio entre diversas comunidades humanas. Todas estas actividades suponen un elevado consumo de energía.
Se estima que el consumo de energía en los países desarrollados es 80 veces superior al del África subsahariana. Menos de la cuarta parte de la población mundial, la que habita en el mundo industrializado, consume las 3/4 partes del total de energía disponible. En el mundo hay 2000 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad y 1200 millones que no disponen de agua potable.
Frente a ello el caso extremo de los EE.UU. que con menos del 5% de la población mundial realiza más del 20% del consumo energético total. Otro ejemplo nos puede ilustrar: el 92 % de la población mundial no tiene coche; mientras en EE.UU y en la UE hay un coche por cada 1,8 y 2,8 habitantes respectivamente, en África sólo 1 por 110, y en China 1 por 1375.
La existencia de impactos medioambientales en la producción y uso de la energía se ha observado desde hace tiempo. La deforestación de muchas áreas o la contaminación asociada a los procesos industriales son casos bien conocidos. Pero, aunque graves, se trataba de impactos locales. En los últimos cien años los efectos locales han pasado a ser amenazas globales. Es un hecho reciente el reconocimiento de la asociación de la energía con problemas medioambientales de carácter global, que ya afectan la salud humana y la calidad de vida, pero muy particularmente las de las generaciones futuras.
Se hace por tanto imprescindible una colaboración entre países ricos (Norte industrializado) y pobres (Sur empobrecido), para fijar y cumplir objetivos que hoy están al alcance de la Humanidad, tal como recoge el programa de Naciones Unidas, conocido como los “Objetivos del Milenio” para el desarrollo.

 
 

2 comentarios:

  1. que bien hecho esta tu redacción sobre el desarrollo sostenible.
    es muy educativa

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  2. Miguel, Juan me gustaría ser contribuyente en vuestro blog si pudiera ser posible.
    lo visito todas las semanas me gusta mucho!!!!
    :-)


    MARTA BLANCO DÍAZ

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